LLEVO TU LUZ Y TU AROMA EN MI PIEL

Así comienza una de las canciones más hermosas que me hacen vibrar hasta los tuétanos, y no hay manera que resista ese nudo en la garganta cuando la oigo y es que te hemos nombrado tanto chica, te queremos, te admiramos pero no hemos sabido como protegerte como se debe y hoy tus hijos estamos pagando el egoísmo, el conformismo de muchos y la psicopatía de unos cuantos, un hambre de poder sin medida, una capacidad para mentirnos y tomarnos por idiotas, pero aún así Venezuela me sigues doliendo, y me seguirás doliendo desde donde esté, y con orgullo siempre diré soy venezolana y contaré a todos de todo lo hermoso que tienes, tus playas, tus llanos, tus medanos, tus montañas, de lo más importante: tu gente, de tu comida espectacular y habrá un poco más de ti Venezuela afuera, hasta que termine la pesadilla o hasta que Dios lo decida.

No niego que es un paso muy duro, no es nada a la ligera, para nada trivial y menos de cobardía, son meses lidiando con la nostalgia y el entusiasmo de un cambio, y mientras te disfruto silenciosa y oscura ahorita no dejo de sentir miedo, ese que ya no me deja salir luego de las 6pm en una especie de toque de queda autoimpuesto y es el mismo que me impulsa a alejarme de ti por el tiempo que sea necesario para crecer, evolucionar, salirme de la zona de confort o como quiera que se llame, pero es algo mucho más grande que yo y en este momento es ganas de vivir sin miedo, ganas de expansión, entonces seguiré cantándote Venezuela, porque te oyes bonito, eres hermosa y me conectas con lo que soy.