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martes, 28 de noviembre de 2017

La maternidad o el sueño que nos vendieron

Hoy comencé a ver una peli con mi hijo llamada Maternidad, es sobre una mujer, casada y escritora que de pronto se siente agobiada y hasta atrapada en su rol de madre y debe escribir un artículo sobre la maternidad a propósito de esa búsqueda de si misma, no les cuento más por si desean verla, el cuento va porque hoy justamente que mi hijo tenía un acto especial en el colegio y tuve el privilegio de acompañarlo, me llamó la atención en especial porque unos cuantos alumnos que recibieron distinciones, premios y medallas, no asistieron, el silencio fue un poco incómodo, aunque rápidamente disimulado con algún comentario, incluso del tipo, "bueno entre semana es difícil" decía la directora y bueno finalmente 4 horas después, el acto concluyó y yo tenía en mente, ¿cómo se sentiría mi hijo si la misma condecoración la recibe al día siguiente con la secretaria del colegio?, ¿el trabajo realmente me hubiera detenido para no ir?, ¿tengo razones suficientes para perderme ese tipo de logros?, ¿y si fuera yo?...

Lo cierto es que la vida va pasando y mi hijo me decía, que le parecía que este año pasó rapidísimo, sobretodo porque ya no hubo tantos cambios (me está recordando que llevamos fuera de nuestro país 1 año y que este año ha sido de buscar mayor estabilidad y menos de incertidumbre), sin darnos hicimos muchas cosas que son visiblemente tangibles en un día como hoy al menos en lo escolar y que por más que quisiéramos detener el tiempo en las fotos y videos nuestros hijos van creciendo a un ritmo vertiginoso.

En este sentido como padres podríamos ordenar bien las prioridades en nuestra vida, de cara a respondernos esa pregunta profunda, como ¿es esto lo que yo quiero para mi vida?, de manera que el tiempo que es algo tan valioso no se nos pase inadvertidamente, es una pregunta muy personal por supuesto, algo que supone dejar de lado los mea culpa, los golpes de pecho, los si yo hubiera, los latigazos en la espalda que por cierto son más que inútiles sino simplemente mirar con toda conciencia y la mano en el corazón, para que la paternidad y la maternidad sean roles que no sean agobiantes o que por ser tan idealizados hoy en día, se conviertan en el eje de nuestra existencia anulando nuestros sueños y metas personales y que al momento que toca confrontarnos con su crecimiento le cortemos las alas, con esa frase lapidaria como ¿y todo lo que yo hice por ti?.

 Todo lo que ud. ha hecho por su hijo, en pro de su bienestar integral, se llama amor incondicional y no existe una factura donde esa cuenta se pueda pagar, en todo caso lo que si puede hacer desde este momento es reflexionar si ud. como persona puede enseñarle con coherencia a su hijo a cuidar y luchar por sus propios sueños lo cual no impide verlos tener éxito o con frecuencia piensa que el rol en la paternidad es extenuante y lleno de agobios, por ese empeño rígido de ser los mejores en todo y que al final resulta sólo un sueño de humo que nos vendieron.

Sigo reflexionando sobre maternidad y les seguiré contando.

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